lunes, 9 de mayo de 2022

El Cablecito

 Cuando tendría 13 o 14 años trabaje en el verano (como desde hacía algún tiempo lo hacía) y me compré un reproductor de música. Estaba muy muy orgulloso, tenia para reproducir CDs y era AIWA. UN CAÑO. Al menos para mi en ese momento era todo lo que me hacía feliz. 

El reproductor sonaba muy bien, tenía los parlantes independientes, y había que conectarlos atrás con los cablecitos rojo y negro. Yo me sentía un ingeniero de sonido conectando los parlantes y todo me parecía muy pro. 

Una vez lo cambie de lugar, quizás fue una de las tantas mudanzas que tuve, y cuando puse un CD para escucharlo se escuchaba muy raro. Sonaba, si, pero como que se escuchaba más fuerte algún instrumento y la voz casi nada. No entendía nada de lo que pasaba y pensé que se me había roto el reproductor, pero no! Había conectado mal uno de los cables del parlante derecho y solo estaba sonando el izquierdo, entonces conecté bien el cable y todo volvió a la normalidad. Pero había descubierto la magia del sonido stereo. Un viaje de ida. 

Tenía pocos CDs y me la pasaba escuchando música. Creo que ya me conocía cada segundo de cada canción de los CDs que tenía, y descubrí que ahora podía escuchar solo el derecho, o solo el izquierdo y sentí que la música se multiplicaba por 3; haciendo más nítidos algunos arreglos, alguna segunda voz, o lo que sea. Quizás mi oído es muy malo y entonces necesito que estas cosas estén más explícitas para poder percibirlas, pero no me importa. Escuché todos mis CDs varias veces de cada lado (de adolescente no hacía mas que matemáticas, alcohol y música).

Ya me había olvidado de todo esto, y ahora, casi 30 años después, estaba en el aeropuerto y me quité uno de los auriculares para hablar con alguien y de distraído me quede solo con el izquierdo, y Space Oddity sonó especial, y me recordó todo esto del descubrimiento del stereo, y a Appetit for Destruction sonando en el izquierdo, y en el derecho una y otra vez. 

Y nada, la voz aguda y desganada de Bowie en tu lado izquierdo, cuando la aíslas, es deliciosa.



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Honey Crab

Somewhere in Morocco  Somewhere in Barcelona Somewhere in Oaxaca Somewhere in LA There is still a piece of you and me There is still a smile...